Otra vez con el tema del Dr. Gambetta, pero esta vez me gustaría presentarles la voz autorizada de otro pastor que habla de este asunto. Espero lo puedan analizar. Que Dios los bendiga. 

   

Me encontraba colportando en el año 2001 en una de las ciudades del centro de Chile. Cada sábado nos asignaban a diferentes iglesias con el próposito de apoyar en lo que fuera necesario ese día. En la Iglesia Adventista del Séptimo Día señalada, me llamó la atención en una clase de maestros de Escuela Sabática muy temprano ese sábado, la mordaz y coquetera lengua de la persona a cargo, lo mordaz para criticar a la iglesia, lo de coqueto, por las elogiables palabras, casi sublimes, hacia las personas de Gambetta y Sagarra. Como es obvio me di cuenta que se estaba produciendo un herbidero medio reformista. 

   

    

A mi me habían designado para predicar, cosa que no sucedió, porque el hermano (el mordaz y coqueto) se hizo cargo y en gestos bien desarmados (cosa que no corresponde con el típico chileno) como en una gesta heroica irrumpió en amenazas y arengas para desarmar mi «todo derecho al púlpito». Bueno, sin el ánimo de pelear, primero porque no correspondía, y segundo, porque yo era una simple visita. Me quedé todo ese día para adorar a la par de ir presenciando lo que se estaba realizando. Pero, todo cambió cuando alguien notó un acento un poco raro en mi, claro, que no era el acento de un chileno, era medio chileno y medio cubano.    

    

Ser cubano fue fascinante para toda la iglesia, porque, imagínense! pensaban que era seguidor de Sagarra y Gambetta. Rápidamente me dieron una clase de Escuela Sabática, pero no el tema del culto divino (porque el hno x no soltaba ni por si acaso), después me invitaron a almorzar y allí tuve varias horas de la tarde para explicar un poco sobre la vida y obra de Sagarra, a quien conocí desde que era pequeño, de Gambetta no opiné nada, porque no lo conocía, aunque si tenía cierta información, porque por algunos años fue el Coordinador Hispano de la Conferencia de la Región del Lago, donde servía un tío mío como pastor y por supuesto que tenía ciertas informaciones.   

    

Sin desacreditar la obra de nadie, le expuse a las personas reunidas aspectos importantes del ministerio de Sagarra (por más de 25 años Edgardo Samuel Sagarra Cabrera fue compañero en las labores ministeriales de mi padre en Cuba, en otras palabras, ámbos fueron pastores en Cuba, asi que sí sabía lo que estaba hablando) y le deje que sacaran sus propias conclusiones, la respuesta de las personas? en silencio, tal como dos mil años atrás varias personas al ser identificadas por sus pecados dejaban sus piedras listas para la ejecución y se marchaban en el más mínimo sigilio.   

    

No es difícil dar una explicación cuando uno ve a seguidores de personas que en un tiempo atrás servían como líderes espirituales de un cuerpo eclesiástico. Cuando alguien es retirado del cuerpo pastoral, hecho esto a través de la credencial y ordenación, genera cierta influencia en un grupo de personas, y es más cuando son personas muy conocidas, de mucha verborrea y gran capacidad intelectual. Cuando unos 20 años atrás escuchaba a Sagarra, me gustaba hacerlo, porque tenía un torrente y trabajada voz que petrificaba a los oyentes, presentaba el evangelio a lo «Apolos» con gran vehemencia! En Cuba le llamaban «Pico de Oro», frase aludida a aquellos que se expresan con mucha elegancia, retórica y gestosidad. Sin embargo, ciertas frases como, «ningún pastor hará JAMÁS lo que yo hice cuando apenas era un estudiante de teología» y ciertas acciones indicaban que se estaba desviando de lo que corresponde a un auténtico pastor. Bueno, cosa que sucedió en el tiempo con él, al no reconocer sus errores y proceder con humildad a un genuino arrepentimiento. La egocentricidad fue mortal y la obra perdió a un talentosísimo obrero.   

    

Ahora, está una obra mucho mayor, que también daña, y aún más a la iglesia, pués su líder es más famoso y todavía al parecer goza de cierta reputación. Se considera un adventista del séptimo día y aunque sus credenciales le han sido retiradas (como se explica en la carta adjunta), a donde va en sus giras evangelísticas lo presentan como pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (foto de portada). Sin ir a lo que el mismo Gambetta define como «lo que Si es cierto» y «lo que NO es cierto» planteo, Dios tiene su iglesia que administra en esta tierra los asuntos del evangelio y ésta en Junta Administrativa ha determinado retirar las credenciales a Gambetta, Se debe obedecer los delineamientos de la iglesia? Pues claro que sí, independientemente de que se cometan errores, porque la iglesia la dirige Dios pero a través de instrumentos humanos que también se equivocan. Sin embargo, Dios utiliza a ella para lo más sagrado y lo que tanto costó, la predicación del evangelio eterno del Señor Jesucristo.   

    

Cuando veo, como lo vi con Sagarra, que líderes buscando predicar el evangelio, solo traen división a la iglesia, es suficiente para darse cuenta que su labor no viene del cielo. Satanás es el padre del pecado y por esa causa el ser humano se ha separado de Dios, el Diablo se contenta con las divisiones, no con la unidad. Es verdad que Cristo por causa del evangelio traerá diferencias y con frecuencia el mundo nos considerará enemigos, pero el Señor vino para poner a los pecadores en paz con Dios, y esto muchas veces será de oprobio a los incrédulos. Jesús vino para amigarnos con Dios, y lo que estamos mirando con Sagarra y Gambetta es todo lo contrario, a enemistar a los hermanos entre si y con Dios.  Sagarra cuando estuvo en España, Centroamerica, Chile (del cual guardo una cinta) solo trajo división y destrucción, con solo ver un pedazo de esa cinta, cualquiera se daría cuenta de lo que produce el enemigo de Dios, donde siempre gana el orgullo y la codicia humana muy lejos de la verdadera paz y humildad celestial.    

    

 Quisiera por este medio que los lectores tengan una idea de lo que ha sucedido y esta sucediendo con dos que alumbraron en el pasado pero que hoy oscurecen y dificultan el transitar del evangelio. Creo también que sería mejor tener un criterio en común y poder explicar justificadamente los detalles necesarios de cualquier situación anormal que se presente en las filas de batalla. Vivimos en una época bien transparente, donde desde los presidentes hasta los alcaldes hacen públicas las cuentas privadas. Hablar y proceder más abiertamente con el tiempo traerá más bien que mal, claro que «lo justo y necesario» llevará el paso adelante.    

    

 Pr. René Gómez Padrón   

En: http://www.vieneya.com/2010/01/gambetta-no-es-pastor-de-la-iglesia.html